La conservación del medio ambiente, hace referencia a la protección de flora y fauna, y del planeta en general.
En la actualidad, nos damos cuenta que la globalización y la industrialización por parte del ser humano, esta teniendo graves consecuencias en el medio ambiente nacional, e internacional, debido a que primero se tienen en cuenta los intereses económicos, sin importar que le suceda a la población o al medio ambiente. La ignorancia, el egoísmo, y la falta de escrúpulos, han sumergido a la humanidad en un sueño profundo donde sólo importa obtener lo que necesitamos y queremos sin importar las consecuencias.
He aquí, muchos hablan de la conservación del medio ambiente, pero muy pocos la practican. Queremos un cambio en la sociedad, pero debemos tener en cuenta que el cambio empieza es por cada uno de nosotros. Debemos tomar conciencia ambiental, debemos reaccionar y darnos cuenta que no solamente las empresas son las que causan daño al medio ambiente por su mal procesamiento con químicos, darnos cuenta que talando árboles, botando basura en zonas verdes, o en corriente fluviales, afecta al medio ambiente, y que este al ser afectado traerá consecuencias negativas para nosotros, tarde o temprano, se empezaran a desarrollar nuevas enfermedades, mal formaciones, para las generaciones futuras, los recursos comenzaran a escasear, comprendamos que nosotros no somos independientes del medio ambiente, y que por lo tanto requiere de nuestro cuidado.
Ejemplos de problemas ambientales:
- Destrucción de la capa de ozono.
- Deforestación.
- Contaminación del aire, del agua.
- Agotamiento del suelo.
- Generación de basura no biodegradable.
Sin duda es nuestra
responsabilidad detener, o al menos disminuir el deterioro ambiental, los
pequeños cambios en nuestros hábitos diarios son imprescindibles para conseguir
un planeta más saludable y que las generaciones actuales y venideras disfruten
de los recursos en armonía con el resto de seres vivos.
La regla de las tres erres, también conocida como las tres erres de la
ecología o simplemente 3R, es una propuesta sobre hábitos de consumo. Durante
la Cumbre del G8 en junio de 2004, el Primer Ministro del Japón, Koizumi
Junichiro, presentó la Iniciativa, y explicó que ésta busca construir una
sociedad orientada hacia el reciclaje. En abril de 2005 se llevó a cabo una
asamblea de ministros en la que los representantes de más de 20 países
discutieron la manera en que se podrían implementar de manera internacional
acciones relacionadas a las tres erres.
Este concepto hace referencia a estrategias para el manejo de los residuos
que se producen todos los días en nuestro hogar o en la industria, buscando ser
más sustentables con el ambiente y reducir el volumen de basura generada.
Reducir: Se refiere principalmente a consumir
menos, evitar comprar objetos nuevos o de moda que seguramente terminarán en la
basura, y por lo tanto, contaminando. También se refiere a disminuir nuestro
gasto de agua y energía, ya que las fuentes actuales son altamente
contaminantes. De este modo agotaremos menos recursos, generaremos menos
contaminación y basura y, desde luego, ganaremos en calidad de vida. Si
viajamos más el transporte público o en bicicleta, usamos pilas recargables,
apagamos las luces y desconectamos los aparatos eléctricos cuando no los
utilizamos, estaremos contribuyendo al ahorro energético.
Reutilizar: Es otra de las actitudes que
necesitamos poner en práctica para disminuir la contaminación y dejar de
degradar el ambiente. Es necesario utilizar al máximo las cosas que ya tenemos,
sin necesidad de tirarlas o destruirlas, es decir; alargar la vida de cada
producto. La mayoría de los bienes pueden tener más de una vida útil, ya sea
reparándolos o utilizando la imaginación para darles otro uso y de este modo
evitar comprar cosas nuevas, sobre todo aquellas que están hechas de materiales
contaminantes como el plástico o unicel.
Reciclar: Se trata de rescatar lo posible de un
material que ya no sirve para nada (comúnmente llamado basura) y convertirlo en
un producto nuevo. Es una forma en la que se reincorpora la materia prima al
ciclo los materiales para crear nuevas cosas sin necesidad de gastos
energéticos y sin aumentar el volumen de residuos. El reciclaje ha de volverse
un hábito, para poder conseguir un equilibrio entre lo que se produce, lo que
se consume y lo que se desecha, intentando siempre generar la menor cantidad
posible de basura. Reciclar vidrio, materia orgánica, llantas o plástico,
son algunos ejemplos.
Tomado de la página Ecología Verde.